Tal vez esperéis que diga que Abraham Merritt es mi mayor
descubrimiento de 2016 porque, de hecho, ha sido bastante difícil
reflexionar fríamente sobre este tema y si la aportación de
Merritt se puede medir a la de Bulgákov, Tolstoi y en última
instancia a la de Gorki, ya que para esta humilde servidora 2016 ha
sido sin duda el año de la narrativa rusa. También hay otros
autores que hacían presión en dicha decisión, de los que espero
hablar en mis mejores lecturas de éste año.
Abraham Merritt apareció en el
momento más oportuno para devolverme las ganas de leer
weird fiction de calidad.
Prácticamente nadie lo sabe
pero a finales del año pasado tuve serios problemas con este
subgénero del género fantástico. La verdad es que tras leer toda
la narrativa de H. P. Lovecraft no había encontrado muchas historias
memorables con un esquema lejanamente similar. Y es que la mayoría
de weird fiction
post-lovecraftiana no
es santo de mi devoción, véase sobre todo el bodrio Nuestra
señora de las Tinieblas escrito
por el ganapán de Fritz Leiber. Actualmente los precedentes de
Lovecraft, es decir, sus influencias son lo que más recomiendo si el
personal busca weird fiction
de calidad; y, por supuesto no dejo de recomendar a la Daphne du
Maurier en su vertiente más weird.
Si me preguntáis por la tal new weird fiction
que inventaron unos cuantos iluminados os diré que ese
sub-sub-género todavía no es para mí ni siquiera un embrión,
claro que creerse un Edgar Allan Poe del siglo XXI no cuesta dinero.
Pero si nunca habéis visto a Merritt
mentado como influencia de Lovecraft seguramente sea porque vivís en
Mordor, tierra también conocida como España, y el género
fantástico sigue siendo un motivo de menosprecio y superioridad
moral para los círculos de entendidillos que tienen como autor de
cabecera al Paulo Cohelo olvidable de turno. Al provocar que los Mass
Media no tomen en serio el
género fantástico imposibilitan que puedan construirse los
cimientos de un mercado sólido que genere la suficiente demanda para
exterminar a estas lacras sociales y labrar algo así como una historia. La
información y novelas traducidas del género nos llegan a cuentagotas y todavía tenemos que dar gracias porque podría ser peor. Las cosas cambian, y puede que a
estas alturas no sean cuatro sino dos gilipollas, no obstante las
transiciones nunca se efectúan tan rápido como desearíamos. Por
otra parte, en Estados Unidos, Abraham Merritt goza a día de
hoy de cierta popularidad, aunque sea entre gente de avanzada edad
porque, según mis observaciones, en mi generación es difícil
encontrar a alguien que sepa quién es. No voy a negar que que
Merritt ha envejecido un poco mal, pero no tanto como nos hacen
creer. El problema y la virtud de este señor es que
ponía un verdadero esfuerzo para que sus novelas contuvieran un
mensaje. Al salirse del típico pulp estas
historias han trascendido, mientras que las de John Smith, pulpero
entre pulperos, han sido olvidadas tiempo atrás. Sin embargo los
trabajos de Merritt no dejan de contener características
folletinescas que da como resultado un “quiero y no puedo” que
nos dejan una sensación agridulce, mayor o menor según el lector.
Con todo, llevo dos novelas devoradas leídas de
Merritt, y puedo decir sin temor a equivocarme que es el mejor autor
de la Era Pulp, “movimiento” literario cuyo mayor auge se
dio entre los veinte y los treinta
del siglo XX, y que constituiría en la historia literaria el
preludio de la más hermosa y emotiva pieza sinfónica, la Edad de
Oro de la ciencia ficción. Fue influenciado por otras grandes
figuras del género como E. R. Burroughs, autor de Una
princesa de Marte y Tarzan;
H. R. Haggard, autor de Las minas del Rey Salomón
y Ella; y por último
Gertrude B. Bennett, autora de The Citadel of Fear.
La relación literaria H. P. Lovecraft es más compleja, técnicamente
tampoco sería un precedente de HPL ya con una mínima observación
de sus respectivas obras podemos percibir una influencia recíproca con el claro objetivo de llenar este mundo de cosas
horrificamente hermosas y necesarias. Algún día cuando termine la
obra de Abraham me gustaría hablar con propiedad sobre ello en el
blog u otros medios, lo cual veo también bastante necesario.
Conocí a Abraham Merritt de
casualidad mientras curioseaba en una tienda online, y antes de leer
una sola palabra de él ya hablaba hasta con la pared de la buena
pinta que tenía todo lo que había escrito y de lo buena gente que
parecía de primeras. Y esa misma noche me cercioré de si mis sentimientos por Merritt era acertados o no, por lo que comencé The Moon Pool
(realmente es una bilogía, pero vamos a tomarlo como una novela con
dos partes).
The Moon Pool es la primera
novela publicada de Merrit en forma de serial entre 1919 hasta 1927, narrada
desde el punto de vista del botánico Walter
Goodwin. Parte de una premisa tan básica como la de un científico
que tras terminar una investigación en el Pacífico sobre flora
tropical se reencuentra con un amigo de la juventud, el doctor David
Throckmartin, el cual parece hallarse en serios problemas a juzgar
por su estado físico y mental. Goodwin, preocupado por su amigo,
decide investigar qué hecho ha trastocado a su amigo, asistiendo
entre tanto a un hecho sobrenatural que marcará un antes y un
después en su raciocinio y lógicas deducciones. Tras pensarlo
detenidamente decide volver a las islas del Pacífico en busca de
aquello por lo que Throckmartin ha dado todo, y que se oculta en las
profundidades de la tierra, hambriento, aguardando a que el ser
humano incauto busque la verdad.
“What is there at the heart of earth? What of that radiant unknown element upon the moon mount Tycho? What of that element unknown to us as part of earth which is seen only in the corona of the sun at eclipse that we call coronium? Yet the earth is child of the sun as the moon is earth's daughter. And what of that other unknown element we find glowing green in the far-flung nebulae green as that we had just passed through--and that we call nebulium? Yet the sun is child of the nebulae as the earth is child of the sun and the moon is child of the earth. And what miracles are there in coronium and nebulium which, as the child of nebula and sun, we inherit? Yes--and in Tycho's enigma which came from earth heart?”
La novela tiene dos partes bien
diferenciadas; mientras que la primera aboga por un horror similar
al que suscitarían los relatos de H. P. Lovecraft, la segunda
contiene la esencia de Burroughs pero mejorada hasta hacer, cuanto menos, un texto sin lagunas y entretenido de leer. La primera parte era predecible que me gustara bastante. Recuerdo con especial respeto una escena en
la que el doctor D. Throckmartin está durmiendo junto a su mujer,
Edith, en una isla cerca del horror,
y de pronto empiezan a sentirse extraños cantos. Toda esa escena es
orgásmica a la par de incómoda, y el lector puede palpar la
necesidad que tienen los personajes tanto de escapar como de
descubrir qué hay en ese lugar; horror y excitación caminan cogidos de la mano durante toda la narración. La segunda parte la disfruté un
poco menos aunque cumple con su objetivo y presenta diversas especies
intraterrestres en poco menos de doscientas página, sin llegar a
Tolkien pero tampoco dejando al lector indiferente. Yo diría que
cuenta lo que se precisa para que la historia quede redonda. A partir
de las civilizaciones descritas integra un trasfondo mitológico
basado en diversas culturas asiáticas con el que Merritt remata una
historia cuidada e inteligente, transmitida de forma amena y
sencilla. Especialmente emotivo el momento en el que Merritt describe
hechos legendarios, ya que su voz narrativa adopta un cariz arcano
que en esta historia (en menor medida en The Ship of
Isthar) va como anillo al dedo.
Respecto a los personajes,
seguramente penséis que sean los arquetipos usuales del pulp:
la chica virginal e indefensa, el héroe fuerte e incorruptible, el
antagonista más malo que un dolor de muelas, ect. Pues bien estos
arquetipos están al principio presentes en la historia, pero como
todo pueden llevarse bien y lograr un resultado óptimo, o mal y
crear un ñordo informe. Es cierto que siempre hablo de los
personajes grises como los mejores de la literatura, pero estoy
empezando a ver a gente que en su afán por ceñirse a lo que
está en boga construyen a sus protagonistas tan marcadamente grises para
que el lector se ultra-mega-cerciore
de que ese personaje no es perfecto que al final consiguen justo lo
contrario, que parezcan más planos que una plancha. ¿Puede
hacerse un personaje blanco/negro y que el resultado sea óptimo?
Tolkien says yes! Al
principio de la segunda parte los personajes de The Moon
Pool presentan estas características pero, de pronto y no sé todavía cómo lo hace Merritt, todo
comienza a volverse más... complejo. Larry O' Keefe, irlandés
mejor persona, representa el arquetipo de héroe, pero lo que en
principio es un héroe acaba convirtiéndose un hombre con dudas, un
hombre anodino en la inmensidad de un mundo que desconoce y letal. Y un lugar
rodeado de criaturas que pueden aniquilarle en cualquier instante hay
una mujer, una chica hermosa y pura, que resulta ser una gran
guerrera; Lakla lucha con las palabras y con sus manos, por su pueblo
y por Larry. Podría decirse que incluso llega a producirse una pequeña
evolución en ambos personajes durante la resolución del conflicto.
Luego están los guerreros, Olaf y Rador, hombres fuertes pero no
exentos de sentimientos tan nobles y necesarios como la tristeza y la
desesperación; y luego está Walter Goodwin, que dota a la narración de cierta credibilidad científica y transmite al lector las sensaciones que experimenta al estar sometido
al devenir de aquellos mundos extraños más allá de lo que nuestros
limitados sentidos pueden percibir con la misma intensidad que el Lovecraft más maduro. Hay una escena en la que, literalmente, la mente de
Goodwin no puede aceptar más de lo que se le está mostrando y se
derrumba. Esa escena me impactó porque sentí que a mi me sucedía lo mismo, y comprendí lo relativamente fácil
que es hacer que un ser humano cualquiera perder el sentido o que le suceda algo incluso peor cuando enseñas una parte
insignificante del conocimiento universal.
“We said that what we would create should be of the spirit of life itself, speaking to us with the tongues of the far-flung stars, of the winds, of the waters, and of all upon and within these. Upon that universal matrix of matter, that mother of all things that you name the ether, we laboured. Think not that her wondrous fertility is limited by what ye see on earth or what has been on earth from its beginning. Infinite, infinite are the forms the mother bears and countless are the energies that are part of her"
Siendo justa y objetiva, Abraham no es el mejor autor que he
descubierto en 2016 pero seguramente sea el que más agradezco
haber llegado a conocer en este momento de
mi vida. Necesitaba volver a sentir esto al leer mi género favorito, exactamente con la misma intensidad que a principios de 2015. De
nuevo, me balanceo en un hilo ante la necesidad de que la
literatura me aporte lo que no puede darme mi día a día, y la
diferencia entre la primera vez que me sentí así y la segunda es
que ahora sé lo sencillo que es dejar que mi patética felicidad en
los actos diminutos se vea engullida por toda la corrupción de este asqueroso siglo. Estoy cansada de este mundo y de esta realidad, pero Merritt
ha conseguido que desde finales de noviembre hasta principios de
diciembre al meterme en mi cama olvidara todas esas cosas, al menos,
durante media hora.
“There is an energy beyond and above ether, a purposeful, sentient force that laps like an ocean the furthest-flung star, that transfuses all that ether bears, that sees and speaks and feels in us and in you, that is incorporate in beast and bird and reptile, in tree and grass and all living things, that sleeps in rock and stone, that finds sparkling tongue in jewel and star and in all dwellers within the firmament. And this ye call consciousness!”
Y no le pido más.
Pues qué quieres que te diga, que me has atrapado desde la primera palabra, y es que así da gusto porque, este sub-género de la ciencia ficción no lo conozco y gracias a tí he apuntado a Merritt a mi lista de pendientes, que para el 2017 quiero adentrarme en nuevos mundos lectores jejej
ResponderEliminarMira que echaba de menos tus reseñas...!!
Un Besoteee!!!
PD: Felicidades de nuevo por la ilustración del Adopta! Me encanta!!! y la nueva imagen del blog también :)
Me alegro de que te haya gustado <3 Echaba de menos estar por aquí y espero no volver a irme más por tanto tiempo, jaja.
EliminarUf, si lees weird, y te gusta, fangirlearemos juntas a gusto. Queda dicho, eh!!!
Un beso, querida <3
Pd: Gracias jo, *_*
Como tu dices, puro desconocido para mi también. Se te ha echado de menos por estos lares, es un placer como siempre leerte, como transmites tu pasión y lo que te hace sentir todo, por eso me encanta leerte. Me ha llamado portentosamente la portada, las drogas iban bien para ser ilustrador de este tipo de obras (o la sidra). Un abrazote^^
ResponderEliminar¡Hooooola! <3333
ResponderEliminarQué fascinante, Omaira. *_* Pero no nos das tiempo para seguirte. V__V Deja de leer cosas tan interesantes. A este ritmo voy a tener que hacer una lista como la que tengo sobre literatura rusa, e llamarla "Libros de Omaira". :P Estoy leyendo El coleccionista en inglés. No está nada mal el nivel, pero me costará un poquito más. Hace tanto tiempo que no toco el inglés... Madre mía. Qué pena doy. Y tu blog me parece una joya, una hermosa joya.
Besitos. :*
¡Hola!
ResponderEliminarEstoy leyendo las entradas tuyas que se me habían pasado. Como siempre, es un placer leerte. No conocía este autor sino hasta que empezaste a mencionarlo por twitter, también este género es super desconocido para mí pero me parece interesante y creo que llegaría a gustarme. Los fragmentos que has colocado me han gustado, aunque siendo sincera se me hace un tanto difícil ese nivel de inglés. Tengo que mejorar mucho aún T___T
Genial post, un beso.